Cuando hemos sido heridos por quienes amamos, la mayoría de nosotros sentimos dolor y confusión, lo que nos lleva a defendernos de alguna manera para “preservarnos”.
Si somos pasivos, nuestra defensa consistirá en contraernos, alejarnos, retirarnos a una especie de caparazón protectora, rehuir la conversación aparentando que nada pasa, incluso abandonar nuestra relación. Si somos activos, nuestra defensa consistirá en expresar nuestros sentimientos con un montón de energía, culpar, criticar, tratar de convencer al otro de que está equivocado, incluso atacarlo con palabras hirientes.
En ambos casos lo que hacemos es poner nuestra protección por encima de la conexión. Y eso no construye puentes para el amor que queremos, más bien nos mueve en direcciones que nos alejan del amor y de la compañía de los demás.
Si te has sentido aislada alguna vez, observa cómo tiendes a responder cuando te sientes decepcionada por alguien importante. ¿Tiendes a retirarte o a defenderte atacando?
¿Qué hacen las personas que tienen relaciones saludables y duraderas?
Ellas buscan crear conexión donde ésta se ha roto. En vez de quedarse pegadas en el dolor, ellas son capaces de dar un paso atrás y sintonizar con sus sentimientos y los de los demás para traerlos a las conversaciones y ofrecer empatía, consideración y compasión. Ellas tienden a moverse hacia la reparación con más frecuencia de lo que se mueven hacia la defensa en cualquiera de sus versiones.
Ellas han aprendido a discutir manteniendo la conexión intacta. Han aprendido a cuestionar los significados automáticos que sacan de los hechos, a reflexionar con curiosidad sobre sus comportamientos momentáneos de desconexión y falta de empatía, ayudándose a ellas y a los demás a llegar a la raíz de ellos. Han aprendido a separar quienes son de en quienes se convierten bajo la presión de una pelea. Han aprendido a separar observaciones de interpretaciones, a hablar de sus sentimientos y necesidades a partir de observaciones objetivas, a pedir lo que realmente necesitan, y a recordar siempre lo importante que son los sentimientos de los demás antes de elegir las palabras con las que se expresarán. Han aprendido a poner la conexión en primer lugar y a usar los quiebres para profundizar sus vínculos…
¿No sería fantástico poder aprender todo eso?
¿No sería fantástico saber responder al otro cuando nos ha dicho cosas difíciles de escuchar? ¿Saber expresar lo que estamos pensando o sintiendo de formas que generen más amor y conexión en cualquier momento? ¿O saber responder creando conexión cuando ya hemos dicho lo que no queríamos decir, en vez de compensar justificando, argumentando inocencia y trasladando la culpa al otro? ¿No sería fantástico saber exactamente qué hacer cuando está comenzando una discusión?
Estas son algunas de las cosas que puedes aprender en mi próximo taller “Comunicación Magnética”.
“Comunicación Magnética” te ayudará a diferenciar lo que es una comunicación que conecta versus una que aleja del amor, a ponerte verdaderamente en los zapatos de los que más te importan, aún cuando te hayan decepcionado, para saber cómo hablar con ellos de una manera que evite aumentar la sensación de separación y en cambio genere más amor y conexión.
No hay ganancia en mantener los puentes cortados con alguien que amas, si cuando el polvo se asienta sólo queda una desagradable sensación de pérdida de conexión. Y no hay sentimiento más agradable que saber que tú tienes el poder de restaurar la conexión y la intimidad con las personas que amas.
Si quieres profundizar en todo esto, te invito a participar en mi próximo taller “Comunicación Magnética”. La próxima vez que te sientas herida por alguien, ¡sabrás restaurar la conexión! Para mayor información, haz clic aquí.