Los conflictos y las diferencias son algo normal en las relaciones. Lamentablemente cuando surgen, nuestra reacción instintiva es “preservarnos”. Si nos sentimos atacados, nuestra tendencia instintiva es a protegernos, lo que a veces se traduce en que al calor de la discusión, decimos palabras hirientes, nos centramos totalmente en nosotros, en nuestras necesidades y sentimientos, y los de nuestro “percibido atacante” pasan a ser invisibles. Nuestra pareja se convierte en alguien que no necesitamos escuchar, en el enemigo invisible, que ya no merece nuestra empatía, consideración y compasión…
Pero cuando el polvo se asienta y volvemos a nuestro centro, nos damos cuenta de que quizás se nos “pasó la mano”, de que realmente no queríamos herir a nuestra pareja. Lamentablemente no tuvimos esa conciencia de empatía e inclusión en el momento en que dijimos lo que dijimos.
Las Excusas
¿Te has escuchado decir, o te han dicho alguna vez, frases como estas?
“Estaba ofuscado, no quise decir eso realmente. ¿Por qué te lo tomas tan en serio?”
“No tuve la intención de herirte, pero me gatillaste con lo que me dijiste. No puedo evitar reaccionar así cuando me empujas de esa manera.”
“Me dio rabia lo que hiciste. Tu incitaste mi reacción.”
“Eres/ estás demasiado sensible. No fue para tanto.”
“Entendiste mal. No fue eso lo que dije. Tomaste mal mis palabras.”
¿Qué hacemos muchas veces? Para encubrir nuestra incapacidad de admitir nuestro comportamiento de des-conexión del otro y centrado en nosotros, nos excusamos, fingimos inocencia y trasladamos la culpa al otro por generarlo.
Y hay una complicación adicional. Muchas veces traemos a nuestras discusiones temas no resueltos de nuestro pasado, temas no resueltos con otras personas que ya no están. Y nuestra pareja actual se convierte en el receptor injustificado de los conflictos no resueltos de nuestro pasado.
¿No sería fantástico poder contar con herramientas y habilidades más productivas para navegar mejor nuestras diferencias?
¿No sería fantástico saber responder al otro cuando nos ha dicho este tipo de cosas difíciles de escuchar? ¿Saber expresar lo que estamos pensando o sintiendo de formas que generen más amor y conexión? ¿O saber responder creando conexión cuando ya hemos dicho lo que no queríamos decir, en vez de compensar justificando, argumentando inocencia y trasladando la culpa al otro? ¿No sería fantástico saber exactamente qué hacer cuando está comenzando una discusión?
Lamentablemente, las habilidades de comunicación no son algo con lo que nacemos. Tampoco algo que hayamos aprendido necesariamente de nuestros padres o de nuestros educadores. La buena noticia es que nunca es tarde para aprenderlas.
Poner al amor en primer lugar
Las parejas que han aprendido a navegar bien sus diferencias, han aprendido que la comunicación es en realidad el arte de comprender a su pareja profundamente – y de ayudar a su pareja a comprenderlas bien a ellas – antes de pronunciar una sola palabra.
Han aprendido a ver la comunicación como algo muy activo, como algo que genera permanentemente su relación. Han aprendido a discutir manteniendo la conexión intacta. Han aprendido a cuestionar los significados automáticos que sacan de los hechos, a reflexionar con curiosidad sobre sus comportamientos momentáneos de des-conexión y de falta de empatía, ayudándose mutuamente a llegar a la raíz de ellos. Han aprendido a separar quienes son de en quienes se convierten bajo la presión de una pelea. Han aprendido a separar observaciones de interpretaciones, a hablar de sus sentimientos y necesidades a partir de observaciones objetivas, a pedir lo que realmente necesitan, y a recordar siempre lo importante que son los sentimientos de su pareja antes de elegir las palabras con las que se expresarán. Esto es poner el amor en primer lugar.
Y estas son algunas de las cosas que puedes aprender en mi programa “Comunicación Magnética”.
Si es algo que te interesa y te gustaría aprender, te invito a participar en mi próximo taller “Comunicación Magnética” .
Comunicación Magnética
Este programa te ayudará a diferenciar lo que es una comunicación que conecta versus una que aleja del amor. En él aprenderás cómo ponerte verdaderamente en los zapatos de tu pareja para saber exactamente cómo hablar con ella de una manera que evite dañarla y que en cambio genere más amor y conexión.
También aprenderás cómo inspirar a tu pareja a ser mejor oyente y a hablar contigo de una manera que te haga sentir amada.
No hay valor en ganar una discusión con alguien que amas, si cuando el polvo se asienta sólo queda una desagradable sensación de pérdida de intimidad. Y no hay sentimiento más agradable que saber que tú tienes la capacidad para crear, auspiciar y restaurar la conexión y la intimidad con la persona que amas.
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