Una de las habilidades que necesitarás desarrollar, si lo que quieres es disfrutar de una conexión amorosa íntima con una pareja, es la capacidad de empatía. Es probable que sepas, hayas leído o escuchado, que la empatía es una parte importante de la intimidad emocional. Lo que probablemente no sepas, es que para poder practicar la empatía de manera natural con otro, necesitas practicarla y generarla primero contigo.
Por eso hoy quiero hablarte de la auto-empatía.
La empatía es la habilidad emocional y social de sentir y entender las emociones, sentimientos, circunstancias y necesidades de otros para poder ofrecerles una comunicación y un apoyo sensibles. En otras palabras, la habilidad de ponernos en el lugar de otros. Y eso parte por ser capaces de sentir lo que otros sienten.
Ahora bien ¿cómo desarrollar esta capacidad?
Practicando primero la auto-empatía contigo
Permitiéndote experimentar plenamente todo lo que está vivo en ti, dándote tiempo para sentir cada uno de tus sentimientos, simplemente estando presente con ellos, con aceptación y honrando esa experiencia. Y luego atendiéndolos.
Muchas veces en vez de honrar nuestros sentimientos, lo que hacemos es negarlos, reprimirlos o ignorarlos. Sobre todo los sentimientos poco agradables. Nos avergonzamos por sentirnos de cierta manera (“No debería sentirme así”), negamos que nuestros sentimientos existen (“Realmente no me siento así”), o tratamos de cambiar nuestros sentimientos (“Tengo que dejar de sentirme así”). Queremos distanciarnos o escapar de los sentimientos desagradables y difíciles, olvidando que cada uno de ellos trae información importante acerca de nosotras, de quienes somos, de donde estamos y de qué estamos necesitando. Y el problema de ignorarlos, es que luego no podemos realizar una acción amorosa hacia nosotras.
Por ejemplo:
La rabia, la molestia, el enojo, nos informan de alguna injusticia percibida, nos ayudan a definir y mantener nuestras fronteras, y una sana distancia frente a otros. Cuando los suprimimos o ignoramos, se nos dificulta el honrarnos haciendo pedidos o poniendo límites, para evitar malos entendidos futuros o protegernos de abusos. El hacer un pedido o poner un límite, son acciones amorosas que podemos hacer por nosotras.
El miedo, nos informa de un peligro percibido, mantiene nuestro estado de atención e intuición, nos permite estar completamente presentes y atentas en el momento. Cuando lo honramos y aceptamos, el miedo nos mantiene activas, y nos permite actuar para ponernos a salvo, comprometidas con nuestro bienestar y con el mundo que nos rodea.
La vergüenza y la culpa, nos informan de que hemos trasgredido nuestros valores o fronteras o los de otra persona, y nos permiten restaurar nuestra integridad, ofreciendo disculpas y/o alguna reparación a nosotras o a la otra persona.
Para poder aprovechar la información y la sabiduría que tus sentimientos te traen, necesitas estar presente para todos ellos en todo momento. Incluso para aquellos desagradables. Todos te traen información útil para poder luego realizar una acción amorosa por ti. Eso es lo más importante.
Así es que, cuando sientas la tentación de negar, reprimir o ignorar algún sentimiento que pueda surgir, te invito a realizar un pequeño ejercicio de aceptación para que puedas ser empática contigo y sostener tu experiencia interna.
Cada vez que surja y sientas un sentimiento desagradable, di para ti algo como:
“Bien, noto que me siento dolida/ enojada/ triste/ confundida en este momento. Está bien sentir así. No tengo por qué que rechazar este sentimiento. Alguna información me trae, y quiero descubrir qué es.”
Aceptando y honrando lo que está vivo en ti, serás más capaz de fluir en cualquier circunstancia, de darte lo que necesitas o de pedirlo, y de sentir y entender cada vez mejor los sentimientos de los demás. Realmente la base para crear intimidad emocional con otro.
Y si desarrollar tu capacidad de crear intimidad emocional es algo que te interesa, te invito a participar en alguno de mis próximos talleres de “Comunicación Magnética”.
Diseño por Estudio Ideas