¿Cómo te relacionas con tus necesidades? ¿Te relacionas con ellas con un sentido de derecho a tenerlas y a satisfacerlas? ¿Puedes nombrarlas con precisión para ti y para otros? ¿Guardas a menudo silencio acerca de ellas cuando estás en una relación por temor a no ser comprendida o por temor a no ser escuchada? ¿Sabes expresarlas a otros de formas que aumenten la probabilidad de que ellas sean atendidas?
El expresar tus necesidades es algo fundamental en la vida, porque tiene que ver con tu bienestar y felicidad.
Sin embargo, muchas de nosotras guardamos silencio en torno a ellas. Y esto puede provenir ya sea de una desconexión crónica a nuestras necesidades, o de un temor profundo a decepcionar o hacer enojar a otros, o bien de un temor a parecer demasiado “necesitadas”, “dependientes” o “egoístas” frente a ellos. A menudo lo que se interpone entre lo que anhelamos y lo que tenemos actualmente, es la falta de conexión con nuestras necesidades o bien nuestra inhabilidad de expresarlas por temor o por prejuicios.
Pero callar nuestras necesidades no favorece la salud de nuestras relaciones y nos aleja del AMOR. Equivale a “guardar pelusas debajo de la alfombra”, pelusas que con el tiempo se acumularán, pudiendo convertirse en un montículo que nos haga tropezar y caer, porque significa que dejamos de ser auténticas en nuestras interacciones lo cual a la larga tiene costos, nos frustra, y porque impedimos que el otro nos regale aquello que podría contribuir a nuestro bienestar. Con esta estrategia también es probable que en algún momento explotemos y con las palabras dañemos nuestras relaciones.
Así es que la próxima vez que sientas el impulso a silenciar tus necesidades, recuerda que el hacerlas presentes a otros es imprescindible para tu bienestar en la vida, independientemente de que la otra persona pueda o no satisfacer esas necesidades en ese momento. Recuerda también, que siempre hay más de una estrategia para satisfacer tu necesidad. Y recuerda, sobre todo, que como seres humanos somos seres sociales, es decir, nos necesitamos los unos a los otros para poder satisfacer nuestras necesidades. No tengas temor de hablar de ellas en tus conversaciones.
Otras estrategias, también bastante comunes en torno a nuestras necesidades, son la queja y la crítica. Una de las cosas que enseño en mis talleres de comunicación es que “las quejas y las críticas son expresiones crípticas de una necesidad insatisfecha”, y que la estrategia más efectiva es hacer pedidos. Cuando aprendemos a hacer pedidos, y a decodificar las verdaderas necesidades que vienen contenidas en las quejas y críticas, tanto nuestras como de los demás, nuestras relaciones se transforman, y experimentamos finalmente la conexión que anhelamos.
El problema con las necesidades es que no ocupan un lugar importante en la forma en la que nos comunicamos. No tenemos muchas palabras para designarlas, ni sabemos hacerlas presentes a los demás de formas que puedan ser acogidas. La mayoría de nosotros no aprendimos a expresar con precisión nuestras necesidades en nuestros hogares o colegio. La buena noticia es que podemos aprender esto en cualquier momento de la vida…y cambiar para siempre la forma en que nos relacionamos con los demás.
Si esto es algo que te gustaría aprender, te invito a participar en mi próximo taller “COMUNICACIÓN MAGNÉTICA” . Puede hacer toda la diferencia en tu actual o próxima relación. Puedes ver toda la información AQUÍ.