Hace unos días recibí a Paula en mi consulta. Venía ansiosa, molesta y confundida, sin saber qué hacer con su nueva relación. Había ocurrido algo inesperado que no sabía cómo manejar.
Había conocido a Max hace unos meses. Fue un “flechazo” inmediato y mutuo. Se veían a diario y la conexión parecía increíble. Se habían involucrado sexualmente en la tercera cita y Paula estaba segura de que él era “el hombre de su vida”.
Pero había sucedido algo inesperado: Max había desaparecido. Ella lo había llamado, le había enviado mensajes de texto, y sólo después de algunos días, él le había enviado un correo diciendo que estaba con visitas de trabajo en la ciudad.
Paula estaba molesta y realmente angustiada con lo ocurrido. Me había llamado para una sesión con urgencia, había oído hablar de mi trabajo en “Llamar a Tu Amor®” y necesitaba ayuda para no empeorar más las cosas, pues ya había enviado un correo reactivo del que estaba bastante arrepentida.
Incertidumbre y reactividad: ¿Te ha ocurrido estar en una situación similar?
Pues no es poco común que en los comienzos de una nueva relación, vivamos momentos de incertidumbre y pánico como éstos, así como momentos llenos de entusiasmo y emoción por lo que estamos viviendo y por lo que esa relación podría llegar a ser. Nos sentimos tan conectadas como si conociéramos a esa persona de toda la vida. En especial las mujeres cuando hemos tenido intimidad sexual con alguien, por las hormonas del apego que ello nos genera.
En los inicios de una nueva relación también es cuando fantaseamos acerca de quién es y quién no es esta nueva persona. Tenemos expectativas de que las rutinas y comportamientos de ella en las primeras semanas, se mantengan. Pero realmente un par de meses es poco tiempo para conocer bien a alguien. También esta etapa es donde proyectamos todas nuestras “historias pasadas” en el otro. Si fuiste traicionada en el pasado, todas tus inseguridades y heridas se gatillarán ante la menor mirada de él a otra mujer en una fiesta. Si fuiste abandonada en el pasado, todos tus miedos se gatillarán ante la pérdida de contacto con esta persona por unos días. Y lo más probable es que tiendas a actuar reactivamente de maneras que te alejen de la posibilidad del amor.
Escuchando la angustia de Paula, programamos una sesión para el día siguiente.
Cuando llegó a la consulta, la invité a notar las emociones que estaba sintiendo: angustia, miedo y rabia. Le pregunté si había ocurrido algo particular la última vez que se habían visto. Me señaló que nada especial, salvo que aquella noche ella le había dicho que lo amaba, que le había hecho algunas preguntas importantes…pero nada que lo hubiese hecho salir arrancando, porque luego habían hecho el amor tiernamente como otras veces. De modo que no podía entender el cambio en el comportamiento de Max.
Entonces la invité a descubrir el significado que estaba sacando del hecho de que él hubiese cortado la comunicación y le dijera que estaba con visitas de trabajo en la ciudad, y cómo eso le generaba pánico y reactividad. Ella estaba suponiendo que él le estaba mintiendo, pues nunca había mencionado que fuera a tener visitas de trabajo en esos días, por lo que lo más probable, era que estuviera con otra persona. Todo esto acompañado de una serie de cuestionamientos acerca de su valor para ser amada, de su “suficiencia” como mujer, y de auto-recriminaciones acerca de la rapidez con la que se había embarcado en esta nueva relación y los malos modelos que ella había tenido en su hogar.
Y lo primero que la ayudé a ver entonces, es que ella realmente no sabía lo que estaba pasando con Max. Podía ser que estuviese saliendo con alguien más, o que estuviese saliendo con amigos, o que efectivamente estuviese ocupado con asuntos de trabajo y visitas del extranjero a quienes tenía que pasear, o que estuviese necesitando espacio para pensar y digerir las cosas. Todas estas eran hipótesis ante un hecho, que era un cambio en la rutina. De modo que lo que ella necesitaba saber era qué es lo que realmente estaba pasando con Max, en vez de seguir cuestionándose si el romance había sido real o no, porque eso le estaba generando mucha angustia.
También la ayudé a ver cómo ella estaba proyectando a raíz de este hecho: que ella no era valiosa y que la vida no la apoyaba para tener amor, que este hombre era “la persona” para ella, que nunca encontraría a alguien más, que nunca se casaría y que estaba predestinada a fracasar por los malos modelos que había tenido en el amor, lo que la dejaba devastada. Pero que los mismos hechos, para muchas otras mujeres, con otra historia, detonarían otras interpretaciones y otros comportamientos como, por ejemplo: “OK, aprovecharé de hacer lo que tengo pendiente, veré a mis amigas, a mi familia, avanzaré en ese proyecto que tengo en carpeta, etc.”
Así es que ahí se abrió un par de áreas en las que ella necesitaba trabajar. Pero para ayudarla a salir de su estado actual, esto es lo que conversamos.
¿Qué puedes hacer ante la incertidumbre y si ya has sido reactiva?
Despejar el campo. Escribirle un correo y pedirle un llamado cuando tenga un tiempo, cuando no esté con las visitas o cuando se hayan ido. Si has estado algunos meses con una persona, tienes derecho a preguntar qué está pasando, aunque no tengas control sobre la honestidad con que el otro vaya a responder.
Como Paula ya había enviado un correo reactivo, le sugerí enviarle otro para responsabilizarse por su reactividad e invitarlo a una conversación para aclarar las cosas, sin apegarse al resultado. Porque esa era la forma de recuperar su poder, y no quedar a merced de lo que estaba ocurriendo.
Si estás necesitando escribir un correo para “limpiar” tu reactividad, acá hay una idea: ”¿Sabes qué? Se me pasó la mano, y me hago cargo. Asumo mi responsabilidad por eso…y creo que lo que corresponde es que tengamos una conversación tranquila y clarificadora. Si todavía te interesa, me encantaría tener esa conversación. Y si no, lo entiendo y te deseo lo mejor.” Una postura muy adulta, muy madura, muy generativa de posibilidades con esa persona…aunque no sea lo que tengas en tu agenda.
Si realmente esta persona es la correcta para ti, va a apreciar y valorar que hayas reconocido tu responsabilidad, y tendrán esa conversación. Si es así, habrás generado tú esta experiencia. Si no responde o no quiere conversar, quiere decir que él tiene sus propios “temas” en que trabajar, y tú necesitas dejar que lo haga. No te apegues a recibir una respuesta. El correo es para limpiar tu reactividad y para invitarlo, no para exigir o manipularlo para obtener una respuesta.
Y luego sigue con tu vida, contáctate con tus amigos, con tus intereses, cuida de ti, ponte bonita, enfócate en lo que quieres crear en tu vida y prepárate para ello. Mientras más conectada con tu vida permanezcas, más conectada estarás con tu poder para atraer el amor a ella.
Y si quieres prepararte para atraer y sostener ese amor que sueñas, tal vez te interese inscribirte en mi próximo taller “Llamar a Tu Amor®”. Aquí en “Llamar a Tu Amor®” estoy para apoyarte en hacer realidad tus mayores posibilidades en el amor!